24.6.09

Recuerdo Baratillero...

Cuando me acuerdo de Ella, recuerdo un caluroso 15 de agosto de hace ya unos años en que contemplé su rostro por primera vez. No había apenas nadie en la capilla. Estaba vestida de blanco impoluto como la pureza de su alma y su corazón limpio de Madre Bendita. Su tez morena se confundía en la oscuridad del templo taurino, como la oscuridad que acecha en los cosos cuando la noche impone su capote de negrura. Pero su mirada limpia llegó a tiempo de calmar impaciencia. Era 15 de agosto, Reyes había salido ya a conmemorar su reinado en la ciudad y quedaba visitar templos a la orilla del Guadalquivir para homenajear a la Virgen en su día. En busca de la Esperanza me encontré a la Caridad, que se dejó descubrir para mí por el resto de mis días. Entonces, sólo entonces, respiré aromas de la otra orilla... esos que le deja la Dueña de la Mañana todos los Viernes Santos, recién nacido el alba. Una parte de mi corazón, sin saberlo, se había quedado allí para siempre...

Va por ti...

No hay comentarios: