16.7.09

Señora del Carmen

Llevas toda la vida en tu hornacina, aguardando el tiempo y sonriéndonos cada día con esa sonrisa sincera que marcan tus labios. Nadie vino a buscarte, y mucho menos a subirte a un paso y pasearte por la villa a pesar de ser tan marinera como el mar que baña tus orillas. Emanas dulzura cada instante, sin ser reclamada, sin pedirtela nadie, regalada como el mejor de los presentes, ofrecida como el Niño de tu seno que sujetas en tu mano. No te hace falta cetro porque a Quien sujetas es ya la Fuerza más Poderosa del mundo. Sólo un viejo escapulario pende de tu mano, ese que tantas y tantas veces han besado pidiendo tu protección. Ese que recoge las súplicas de quienes se acercan a tus plantas todos los días del año.


No te cambiaron las flores ni te hicieron novena. Te quedaste en tu hornacina, Carmen, para celebrar tu día. Hoy el mar es más tuyo que nunca, y por ende la tierra, indisolublemente unidos, como tu Hijo y Tú.


Es tu día, Carmen, y sólo espero poder acercarme otro día más a besar tu escapulario para que se lleve mis penas...


1 comentario:

trompeta-sangre dijo...

Precioso Elena como todo lo que sale del corazón que late en tu pecho y se escribe por tus manos bendecidas por Dios con ests maravilloso don.