22.8.18

XIII ROSA

Como la rosa del zarzal bravío
con cinco blancos pétalos, tu cuerpo,
flor de la creación; sangriento cáliz
tu henchido corazón donde destilas
el suero de la crema de la vida.
Se colmó de dolor tu cáliz, vaso
de la insondable angustia que no coge
en corazón mortal; de Ti aprendimos,
divino Maestro de dolor, dolores
que surten esperanzas. Tú gustaste
dolor que al hombre mata; así sufriendo
nos mastaste el temor. Y por tu pena,
que hizo Hombre a Dios, Hermanos, te queremos,
y común nuestro Padre, nuestro y tuyo,
por tu dolor; ¡oh Maestro de Dolores!,
pues tu divinidad es magisterio.

Miguel de Unamuno

 

Arca de la Alianza

Hace tiempo que llevas rondándome la mente y baste que mis amigos te nombren para que cada día piense en dedicarte esta entrada. Así que para ellos va ese rostro tuyo que con sólo mirarlo apaciguas almas y corazones y llenas nuestras vidas de Esperanza. Gracias por otorgarme la ocasión de descubrirte en tu joyero. Espero volver pronto a mirar Tu reflejo para seguir adelante a pesar de que mi Vida está al otro lado del río, pero siempre contigo, María Santísima. Su rostro no necesita de más palabras.

A quienes me enseñaron a pensar en macareno...
Publicado 30/08/2009


El Camaronero de la Esperanza


A J. M. Garrido por contagiarme siempre el Verde de su Esperanza... 
Publicado 03/03/2010