Pongamos por caso que la radio pudiera recoger la palabras del Gran Poder, las tiernas palabras del Gran Poder en el esfuerzo supremo de llevar la cruz a cuestas. La voz del Gran Poder: dura y firme, tierna, cercana y poderosa.
¿Os lo imagináis, compañeros periodistas? ¡ Sacarle un corte, entrevistar al Gran Poder que siendo Él el más Poderoso doy por seguro que no se planta barreras ni tiene gabinete de prensa ni filtros de ese o de cualquier otro tipo! El Gran Poder: la suprema cercanía. Ójala la radio pudiera recoger ese sonido. Para terminar, yo me permito imaginarlo.
Mi corazón en esa entrevista se hablaría de usted, que a un invitado, por muy cercano que sea, siempre hay que hablarle de usted ¿verdad Padilla?
Veo ya la nuez que se prepara y oscila en su cuello de cedro. Veo que abre sus labios como una tarde de primavera y la caja de resonancia de San Lorenzo está lista. Va a nacer una voz entre las espinas, rota la piel del sonido, gastada la policromía de sus palabras, pero con la autoridad intacta:
"¿Podría dedicarnos unas palabras, ahora que afrontamos el camino de la Cuaresma?"
Y escuchen, escuchen lo que el Gran Poder dice con palabras de plata de ley:
"¿Camino?" - responde con el acento más sevillano que imaginar puedan-
"Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida".
Ya ven, cosas de la Semana Santa. Ya estamos en camino.
Antonio Cattoni
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