Tenías que volver, por muchas cosas, entre otras porque no estás sólo y todos los que te queremos seguimos pendientes de ti. Por eso no podías dejarnos sin tus cotidianeidades, esas reflexiones que nos lanzas en cada entrada del devenir de los días. Poesía, compás, ritmo, sentimiento, corazón y sobre todo, alma.
Tenías que volver, porque sin pretenderlo y sin buscarlo, habiéndolo ganado con el trabajo bien hecho, con tu equipo, con la buena gente que llevas, te volvieron a nombrar Lazarillo del Camino del Señor y un año más, guiarás los pasos del que nos redimió a todos. Mandarás el bamboleo de su túnica como cuando escribes esos versos que de tan adentro te salen. Serán rezos de aire el rachear de los tuyos y escucharás en cada paso las súplicas de sus devotos. El Señor ha vuelto a elegirte para guiar su caminar y llenar Jerez de esperanza. Por algo será...
Mi más sincera felicitación y respeto. Un abrazo, Bota.
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