Llegó el frío, Madre, y con él, el calor de tus manos. Llegaron las sombras de amores y besos puestos a tus pies. Triana entera te ensalza y Tú, Tú sólo entiendes de ruegos traducidos en muestras de cariño.
Terminó la espera, Madre, y nos trajo tu nombre, Esperanza, para llenarnos el corazón y mantenernos cerca de ti. Un fin que evoca el mejor de los fines posibles: tu Bendito pie en el suelo. El fín como cúlmen de una espera, de un período, de un tiempo, ... pero a su vez vislumbrado como un objetivo, como el deseo anhelado.
Hoy termina una etapa y comienza otra de espera. Un círculo que cierran los besos que uno a uno iremos dejando en tus manos, Virgen María. En la Esperanza de que estés siempre con nosotros.
No nos dejes, Señora,
y atenta a nuestras miradas,
que aquel que besa tus manos
sobre ellas amor derrama.
Y llena de flores tu huerto,
y se acoge entre tus plantas
para que siempre lo lleves
cerquita de tus entrañas.
Se acabó la espera del tiempo,
terminó lo que evocaba
y tuvo el mejor final posible
pues terminó en la Esperanza.
Foto Roberto Villarrica
y atenta a nuestras miradas,
que aquel que besa tus manos
sobre ellas amor derrama.
Y llena de flores tu huerto,
y se acoge entre tus plantas
para que siempre lo lleves
cerquita de tus entrañas.
Se acabó la espera del tiempo,
terminó lo que evocaba
y tuvo el mejor final posible
pues terminó en la Esperanza.
Foto Roberto Villarrica
1 comentario:
Precioso. Y con tu voz, un lujo escucharlo en antena. Muchas gracias y muchos besos de parte de todos ;)
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