Piedras que vocean
en silencio su agonía,
suciedad que ahoga,
piedras que agonizan.
Lágrimas calladas
reflejadas en grietas
y el grito ahogado
del ladrillo muerto.
¿Habrá respuesta algún día,
o resucitará Van Gogh
para inmortalizar este grito?
Esta es la vergüenza
de la Iglesia de Sevilla.
Quien lo tiene, no lo da,
y azota la cara del otro.
No me extrañaría que María,
la Virgen, llorara sin consuelo
cuando pase por Santa Catalina.
4 comentarios:
Que bonito Elena!!!
Y desde luego la Virgen de las Lagrimas tiene ahora mas razones que nunca para llevar esa advocación!!
Gracias Elena por tu apoyo y colaborcion lo nesecitamos,gracias por sensibilizarte con Santa Catalina
Qué verdades tan grandes encierra tu texto, cuanta razón llevan tus palabras. un beso para ti y mi apoyo para Santa Catalina.
Me uno al agradecimiento de Mari Carmen, al alago de Concha y al compromiso de Ana... Esa era la intención, no dejar Santa Catalina en el olvido y con tus textos y recuerdos fotográficos, la llama que un día encendieron muchas personas, sigue encendida...
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